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El blog de IGUALDAD

DIFERENTEMENTE IGUALES

25 de noviembre

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La violencia contra las mujeres o violencia de género, vulnera algunos de los derechos más básicos de todo ser humano, explicitados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

  • Artículo 3. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
  • Artículo 5. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
  • Artículo 16.3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

El artículo 1 de la «Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer» de las Naciones Unidas (1979), considera que la violencia contra las mujeres es:

«Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida pública o privada».

¿Qué es la Violencia?

Se habla de maltrato, violencia o abuso, cuando una persona, a través de su comportamiento, provoca daño físico o emocional a otra persona.

Los malos tratos pueden ser de distintos tipos:

Físicos: Desde un empujón intencionado, una bofetada o arrojar objetos, hasta el extremo del asesinato.

El maltrato físico, además de poner en riesgo la salud y la vida de las personas agredidas en los casos más extremos, provoca miedo intenso y sentimientos de humillación, que van destruyendo la autoestima de las personas.

Psicológicos: Aquí entrarían actos como los insultos («eres una puta»), los desprecios («no vales para nada»), las humillaciones y chanzas («¿Quién te va a querer con esa cara?”). También supone violencia psicológica el ignorar a una persona (no hablar a alguien o hacer como si no existiera) y también la amenaza de agresión física («como no me hagas caso, te parto la cara»). El maltrato psicológico continuado, al igual que el físico, provoca sentimientos de humillación, que van destruyendo la autoestima de las personas.

Sexuales: Cualquier contacto sexual no deseado. Desde levantar las faldas a una chica, hasta la violación.

Las agresiones sexuales también producen fuertes sentimientos de humillación y por lo tanto, producen daños psicológicos.

La violencia en la pareja es, sin duda alguna, producto de la desigualdad profunda, mantenida y reforzada a través de los siglos entre hombres y mujeres. Es, por lo tanto, un fenómeno con arraigadas raíces culturales que dan lugar a una estructura social basada en el sexismo, en el poder otorgado a los varones y a lo masculino y en la desvalorización y sumisión de las mujeres y lo femenino.

Las diferentes conductas que se aprenden como apropiadas para las mujeres y los hombres en una determinada sociedad y momento histórico, no se cuestionan y se consideran ciertas y biológicamente naturales, siendo en realidad sólo la reproducción de unos estereotipos sociales.

La violencia está incorporada culturalmente en la identidad masculina. Desde pequeños los niños aprenden a responder agresivamente y se entrenan en aspectos activos tales como ganar, luchar, competir, apoderarse, imponer, conquistar, atacar, vencer, etc., mientras que las niñas aprenden a ceder, pactar, cooperar, entregar, obedecer, cuidar…, aspectos que no llevan al éxito ni al poder y que son considerados socialmente inferiores a los masculinos.

El siguiente TESTIMONIO fue compartido hace ya varios años, sin embargo, tristemente, sigue siendo actual:

Me llamo Dolores, tengo 35 años y, actualmente, vivo en un pueblo de la provincia de Cádiz.

Me he decidido a escribir mi experiencia de pareja, porque ahora están saliendo en los medios de comunicación muchas historias de malos tratos a mujeres, que están viviendo o han vivido experiencias similares a la mía.

Durante mi época de noviazgo no me di cuenta de nada. Es verdad que él era muy celoso, no me dejaba ponerme cualquier tipo de ropa y se enfadaba si yo quería salir con mis amigas. Sin embargo, yo estaba muy enamorada de él y pensaba que esas cosas las hacía porque me quería mucho; por eso tenía muchísima ilusión con casarme, lo antes posible.

Pero, una vez casada, con 23 años, este hombre me amargó la existencia. Al principio, sólo eran discusiones y amenazas en las que él perdía los estribos y yo terminaba pensando que él llevaba la razón y que era yo la que no hacía las cosas correctamente.

Un día, me pegó por primera vez. Me dio una bofetada porque venía muy cansado del trabajo y no había cerveza en el frigorífico. Pensé que, ciertamente, la culpa era mía. A partir de ahí, las cosas fueron a peor; me maltrataba, me humillaba gritándome que era una inútil, destrozó la casa, apenó a mi familia, e incluso perdí al hijo que esperaba, al tirarme un día por las escaleras.

Ahora, dos años después de salir de aquel infierno, aún sufro las consecuencias de aquella relación.

He tenido que cambiarme de lugar de residencia y sufro pesadillas y mucho miedo.

No obstante, con la ayuda de las personas que me rodean y me quieren de verdad, actualmente tengo ganas de vivir y de tener otras experiencias que sean verdaderamente gratas.

He pensado mucho en por qué aguantaba todo aquello, y me pregunto hasta dónde somos capaces de aguantar las mujeres. Yo creía que lo hacía por amor, pero después me he dado cuenta de que lo hice por miedo.

Una de las veces que me fui de la casa huyendo, él fue a buscarme con lágrimas en los ojos. ¿Cómo no perdonar a alguien a quien quería tanto? Pero cuando volví con él y bajé la guardia, yo ya no tenía miedo, sino pánico y lo peor es que yo misma me despreciaba y me sentía inútil por no saber qué hacer y por seguir en aquella situación.

Ahora me siento contenta y esperanzada de poder olvidar todo lo pasado.

Y nada más, mi intención ha sido comunicar mi experiencia y animar a las mujeres, que lo están viviendo, a que pongan medios, a que acudan a la policía o a las instituciones y pidan ayuda para seguir adelante, ya que ninguna persona debe soportar las humillaciones ni los malos tratos.

Dolores.

Quisiera que ahora reflexionéis contestando a las siguientes cuestiones:

  1. Un hombre no maltrata porque sí; ella también habrá hecho algo para provocarle.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Si una mujer es maltratada continuamente, la culpa es suya por seguir conviviendo con ese hombre.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Si se tienen hijas/os, hay que aguantar los maltratos por el bien de las niñas y los niños.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Los hombres que maltratan lo hacen porque tienen problemas con el alcohol u otras drogas.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Los hombres que agreden a sus parejas están locos.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Los hombres que agreden a sus parejas son violentos por naturaleza.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Los hombres que abusan de sus parejas, también fueron maltratados en su infancia.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. La violencia doméstica es una pérdida momentánea de control.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. La violencia doméstica no es para tanto. Son casos muy aislados. Lo que pasa es que salen en la prensa y eso hace que parezca que pasa mucho.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Lo que ocurre dentro de una pareja es un asunto privado; nadie tiene derecho a meterse.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. La violencia doméstica sólo ocurre en familias sin educación o que tienen pocos recursos económicos (viven en la miseria).

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

  1. Es más aceptable la violencia que se da entre personas cercanas que la que se da entre personas extrañas.

DE ACUERDO                                                                    EN DESACUERDO

 Para ayudarte a comprenderte mejor y comprender a los demás, te dejo esta guía que elaboró el Instituto Andaluz de la Mujer. No es un documento reciente, pero no por eso es menos útil. COEDUCACIÓN IMUJER 25 NOV.

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